Diferencias entre IaaS, PaaS y SaaS: qué significan y cuándo usarlos

Cuando una empresa decide migrar parte de su tecnología a la nube, se encuentra con tres opciones habituales: IaaS, PaaS y SaaS. Aunque las siglas pueden sonar técnicas, la diferencia entre ellas está en algo muy sencillo: cuánto quieres gestionar tú y cuánto prefieres delegar en el proveedor. Entender las diferencias entre estos tres modelos de servicios en la nube es fundamental para elegir la opción más adecuada según el nivel de control, coste, personalización y seguridad que requiere cada organización.

En este artículo te contamos qué es cada modelo, sus ventajas, desventajas y ejemplos de IaaS, PaaS y SaaS para que entiendas cuál le conviene más a tu organización. ¡Vamos allá!

¿Cuáles son las principales diferencias entre Iaas, PaaS y Saas?

Los tres modelos comparten la base: se accede a servicios a través de internet sin necesidad de desplegar infraestructuras propias. La diferencia está en qué gestiona el proveedor y qué gestiona la empresa. Te contamos los factores qué diferencian a cada modelo:

Nivel de control y gestión

• IaaS (Infrastructure as a Service): el proveedor ofrece servidores, almacenamiento, redes y virtualización. La empresa gestiona el sistema operativo, aplicaciones y datos.
• PaaS (Platform as a Service): la plataforma incluye, además del hardware, el sistema operativo y entornos de desarrollo listos para crear aplicaciones. El cliente se centra en programar y desplegar software.
• SaaS (Software as a Service): el proveedor gestiona todo: infraestructura, plataforma y aplicación. El usuario solo se conecta y utiliza el software.

Costes y escalabilidad

• En IaaS, los costes dependen de los recursos consumidos (almacenamiento, ancho de banda, máquinas virtuales). Escalar es flexible, pero exige gestión técnica. Ejemplos claros son Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure o Google Cloud, donde puedes ampliar capacidad en minutos, pero necesitas administradores para configurar y optimizar el uso.
• Con PaaS, se paga por el uso de la plataforma y se gana rapidez en desarrollo, reduciendo costes de mantenimiento. Plataformas como Heroku, Google App Engine o Red Hat OpenShift permiten desplegar aplicaciones sin preocuparse de la infraestructura, lo que facilita escalar proyectos según la demanda sin invertir en servidores propios.
• En SaaS, el modelo suele ser de suscripción. Es el más predecible en costes y permite adaptar flujos de trabajo y funciones clave sin necesidad de desarrollos complejos. Herramientas como Freshservice, Applivery o Atera permiten que cada empresa configure sus procesos a medida dentro de una plataforma segura y lista para usar.

Flexibilidad y personalización

• IaaS es el modelo con mayor libertad técnica: puedes elegir sistemas operativos, arquitecturas de red y configurar los servidores a medida. Es ideal para empresas con un equipo TI que quiera tener control total sobre cada detalle.
• PaaS ofrece menos margen de maniobra, pero pone a disposición entornos de desarrollo con frameworks y plantillas que aceleran los proyectos. Permite centrarse en crear y desplegar aplicaciones sin preocuparse de la infraestructura.
• SaaS aporta un equilibrio entre simplicidad y adaptación. Estas soluciones están listas para usar y, además, permiten configurar flujos de trabajo, roles de usuario, integraciones con otras herramientas y automatizar procesos. De este modo, la empresa no necesita invertir en desarrollos propios para disponer de una plataforma alineada con sus necesidades. Son ejemplo el servicedesk ITSM Freshservice, Applivery (gestión de dispositivos móviles y aplicaciones) o Atera (RMM y automatización TI) de los que te contaremos más detalles en los siguientes apartados.

Seguridad y mantenimiento

• IaaS: la seguridad del hardware y la infraestructura física recae en el proveedor, pero la empresa sigue siendo responsable de proteger sistemas, aplicaciones y datos. Esto exige contar con políticas internas y herramientas de ciberseguridad bien implementadas.
• PaaS: la seguridad se amplía al entorno de desarrollo y a la propia plataforma. Esto reduce riesgos técnicos y libera a los equipos de TI de tareas como la aplicación de parches o la gestión de middleware.
• SaaS: el proveedor se encarga absolutamente de todo: infraestructura, plataforma, aplicación, copias de seguridad y actualizaciones continuas. Aquí entra en juego un aspecto clave: la mayoría de soluciones SaaS líderes cumplen con certificaciones internacionales como la norma ISO 27001, que garantiza buenas prácticas en la gestión de la seguridad de la información. Plataformas como Freshservice, Applivery o Atera destacan por ofrecer entornos certificados y auditados, lo que da tranquilidad a las empresas en sectores con altos requisitos de protección de datos. Además, al estar en la nube, estas soluciones permiten aplicar parches de seguridad y mejoras de manera automática, sin que el cliente tenga que destinar recursos internos. El resultado es doble: mayor confianza y menos carga de trabajo para los equipos de TI.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de IaaS, PaaS y SaaS?

Cada modelo de servicios en la nube aporta ventajas, pero también alguna desventaja. Te las contamos a continuación:

Beneficios del IaaS

• Máximo control sobre la infraestructura.
• Ideal para empresas con equipos de TI experimentados.
• Escalabilidad bajo demanda.

Desventajas: mayor complejidad en la gestión y necesidad de personal técnico especializado.

Beneficios del PaaS

• Acelera el desarrollo de aplicaciones.
• No requiere gestionar servidores ni middleware.
• Favorece la innovación y la colaboración entre equipos.

Desventajas: menor flexibilidad y dependencia de las configuraciones del proveedor.

Beneficios del SaaS

• Acceso inmediato desde cualquier dispositivo con internet.
• Costes claros mediante suscripción.
• Sin preocupaciones por actualizaciones o parches de seguridad.

Desventajas: posible dependencia de la conectividad o del proveedor.

Ejemplos de IaaS, Paas y SaaS

• Ejemplos de IaaS: Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure, Google Cloud.
• Ejemplos de PaaS: Heroku, Google App Engine, Red Hat OpenShift.
• Ejemplos de SaaS:
  • Freshservice se trata de un servicedesk ITSM basado en la nube que ayuda a las empresas a gestionar sus servicios de TI de forma centralizada. Freshservice permite gestionar incidencias, administrar activos de TI y centralizar el ticketing para dar respuesta eficiente a las solicitudes de los usuarios. Incluye una CMDB para controlar los activos tecnológicos y sus relaciones, un catálogo de servicios para que los usuarios soliciten lo que necesitan de forma sencilla, y herramientas para asegurar el cumplimiento de SLA. Además, destaca por la automatización de flujos de trabajo, lo que permite reducir tareas repetitivas, acelerar la resolución de problemas y mejorar la eficiencia del departamento de TI. Al ser un SaaS, elimina la necesidad de infraestructura local y garantiza actualizaciones constantes sin intervención del cliente. Además, su integración con herramientas de colaboración y monitorización lo convierte en una opción muy completa para departamentos de TI que buscan aumentar la productividad y ofrecer mayor transparencia en la atención a usuarios. Freshservice sigue prácticas alineadas con marcos de referencia como ITIL y puede desplegarse en entornos que cumplen estándares internacionales de seguridad como, por ejemplo, la norma ISO 27001.
  • Atera es una plataforma SaaS diseñada tanto para proveedores de servicios gestionados (MSPs) como para departamentos de TI internos. Integra en un mismo entorno en la nube funciones clave como:
    • RMM (Remote Monitoring and Management) para supervisar el estado de equipos, servidores y redes.
    • PSA (Professional Services Automation) para gestionar tickets, tiempos y facturación.
    • Soporte remoto integrado, lo que reduce la dependencia de herramientas externas.

    El gran valor de Atera está en la automatización: desde scripts para mantenimiento preventivo hasta alertas en tiempo real que anticipan problemas antes de que afecten a los usuarios. Su enfoque “all in one” y su licenciamiento por técnicos permite ahorrar costes y simplificar la operativa, especialmente en organizaciones con infraestructuras complejas.

  • Applivery es un SaaS de gestión unificada de dispositivos (UEM) que ofrece a las empresas control total sobre sus endpoints corporativos desde la nube. Su funcionamiento destaca por:
    • La distribución segura de aplicaciones móviles, tanto internas como públicas.
    • La capacidad de realizar deployments masivos y gestionar versiones sin depender de las stores tradicionales.
    • El control remoto de dispositivos (configuración, políticas de seguridad, borrado remoto en caso de pérdida).

    Applivery en una herramienta esencial para organizaciones con entornos BYOD o flotas móviles amplias. Al estar alojado en la nube, proporciona accesibilidad global y gestión centralizada, lo que reduce la complejidad operativa.

¿Cuándo usar IaaS, PaaS o SaaS en tu empresa?

• Elige IaaS si necesitas infraestructura escalable para montar servidores, entornos de prueba o ejecutar aplicaciones críticas con control total. Es la mejor opción para organizaciones que ya cuentan con un equipo de TI más sólido.
• Opta por PaaS si tu prioridad es desarrollar y lanzar aplicaciones rápidamente sin invertir en la gestión de sistemas. Ideal para startups y empresas que buscan acelerar la innovación.
• Escoge SaaS si necesitas soluciones listas para usar que permitan a tus equipos centrarse en el negocio sin distracciones técnicas. Con SaaS no solo ganas inmediatez, sino también seguridad y confianza: proveedores como Freshservice, Applivery, o Atera combinan facilidad de uso con posibilidades de configuración práctica: puedes adaptar flujos de trabajo, definir roles y permisos, o integrarlas con otras herramientas de tu organización sin necesidad de proyectos técnicos complejos. El SaaS, por tanto, no es simplemente “usar un software en la nube”, sino aprovechar soluciones que reducen riesgos, aceleran la adopción y mantienen la empresa alineada con las mejores prácticas de ciberseguridad y compliance.

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